En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Cara y cruz


CARA Y CRUZ

En el mundo cohabitan —imposibilitados para convivir y permanentemente enfrentados— algunos tipos de personas, que constituyen la cara y la cruz de una serie de monedas rodantes, cuyo conjunto forma un “tesoro” autodenominado Humanidad, que, impulsadas por invencibles y misteriosas fuerzas, se desplazan girando sin cesar a través de la inconmensurable mesa del espacio-tiempo hacia un destino desconocido, pero —si las cosas no cambian— más negro que las entrepiernas de un grillo.

Examinémoslos someramente:

Los que dan y los que reciben.

Los que ponen las bombas y los que vuelan por los aires.

Los que son blancos, negros, amarillos o de cualquier otro color, y los que no.

Los que aplican a rajatabla contra el prójimo la Biblia, el Corán o cualquier otro libro pretendidamente sagrado, y los que sufren las consecuencias.

Los hombres y las mujeres.

Los ricos y los pobres.

Los que pagan a Hacienda y los que están domiciliados en paraísos fiscales.

Los que tienen el hábito de fumar y los que engrosan las arcas del Estado y las propias a cuenta de ellos.

Los que defienden que la pluma es más poderosa que la espada y los que les cortan la cabeza por intentar demostrarlo.

Los que originan el agujero de ozono y los que pillan el correspondiente cáncer de piel.

Los que montan las campañas de seguridad vial y los que se rompen la crisma cada fin de semana.

Los que defienden el imperio de la justicia y los que soportan como pueden dicho imperio.

Los que piden el desarme mundial y los que fabrican armamento.

Los que tienen perro y los que limpian jardines y vías públicas.

Los que mandan y los que obedecen.

Los que piensan luego existen, y los que existen luego piensan de vez en cuando cuanto menos mejor porque es que se te pone la cabeza loca de tanto pensar, oye.

Los que hablan mi idioma y los cabrones que ni lo hablan ni quieren hacerlo, maldita sea su estampa.

Yo y los demás.

La ineludible realidad de lo escrito me abruma bajo su peso, y me obliga a modificar el planteamiento inicial proporcionándome un nuevo punto de vista mucho más preciso: no es que existan en el mundo algunos tipos de personas antagónicos…, ¡es que hay seis mil millones!


2 comentarios:

  1. Desde siempre he tenido un punto de vista bastante simple en este aspecto, heredado de la lectura de un poema de Bendetti, para mi solo es : "Ustedes y nosotros" y cada vez me convenzo más de la existencia de esa raya divisoria, que parece vanal si se lee irreflexivamente, pero a esta altura de mi vida, yo la veo claramente identificable, sino como referencia ver el citado poema.
    Tal vez me he puesto un tanto maniqueista, pero en todo caso comparto la óptica del entrañable Mario al respecto.
    Un abrazo, Joe

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  2. Es que es así. Basta contemplar, por ejemplo, al honrado padre de familia, cariñoso, servicial, atento: en cuanto se pone al volante, se convierte en una fiera rabiosa, ¡je!, ¡je! Todos "ellos" son "sus" enemigos. Un abrazo.

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