En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Regalo de una dama bien cubana

María del Carmen, una buena amiga, no pudo postear lo que voy a postear ahora, porque aquí sólo puedo postear yo, y el posteador que postee buen posteador será, así que posteo lo que querías postear, y acepto tu post como una de las cosas más bonitas que he posteado en los últimos tiempos. Muchas gracias.






En un sauce.

Como un perro apaleado me sentí y me brotaron alas…


1

Y anidar en un sauce llorón, frente al lago ajeno,
fue mi única opción para esconder un llanto al revés,
el que moja por dentro con lágrimas amargas…
con mi bandada de gorriones tan asombrados
en una rara circunstancia, ellos y yo,
mezclando las costumbres de las aves
y sus árboles-casas, y de la mujer herida
cuando siente que debe irse del lugar amado.
Esas costumbres que el tiempo arraiga.
Ah, cómo tuve que aprender a olvidar…
a mezclar los gustos de otros platos
…porque si no se muere una…
asimilando placeres con lágrimas,
lágrimas con añoranzas
y añoranzas con realidad.
Dulce guayaba con queso
y mermelada de arándanos,
quebrando la sensación de hambre
que no era hambre, claro, si no tristeza.



2

Y posada en un sauce llorón
junto al lago que cambia sus caras,
al ver mis lágrimas corriendo por dentro,
se echaron a volar asustados mis gorriones
sorprendidos, desinformados, condenados en mi pena,
asustados, desencontrados
sumamente apesadumbrados, mas regresaron
al instante y se posaron quedito en mis mejillas
tratando de besar mis penas amargas
para en un intento de secar mis lágrimas de adentro,
confundirlas con las aguas nítidas
del lago inmenso
tratando de aliviar mis triste decepción.



3

Y allí posada en la rama llorona
del triste sauce del callado lago y con el corazón apaleado
junto a mis grises y callados gorriones
comienzan los días con su paso justiciero
a poner orden en los desencantados pensamientos,
y ellos, mis brunos gorrioncillos, prestos,
piando dulcemente van dejando sus tibias plumitas,
briznas de suave yerba y sus migajas
para curarme la herida que una soberbia abrió…

Y me encaramé en la rama del viejo y triste sauce llorón
esperando encontrar un nuevo nido a la poesía.


“Que no dejó oscuridad en mis retinas
ni borra los dolores de mi alma,
aferrándose a mis manos con amarras tan poderosas
que me impiden vivir libre de ella”.





María del Carmen De Nacimiento Flores.
19 de Sept. 2009, Bucarest.

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