En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

martes, 23 de febrero de 2010

Daños colaterales: 27 civiles muertos en Afganistán

Una vez más (y van tropecientas taitantas), las fuerzas democráticas y liberadoras del occidente civilizado se han cargado en Afganistán a un montón de personas inocentes, porque viajaban en microbús (no hay otra explicación) Moraleja: Si en zona de conflicto estás, en limusina viajarás; y si eres talibán, con más razón lo harás.
No acierto a comprender este tipo de errores, que sólo se pueden producir si a los que disparan les importa un huevo dónde caigan los proyectiles o las bombas. Este servidor de ustedes, licenciado como Cabo de Caballería del Grupo Ligero VI antes de que naciera el Capitán Trueno, disparó en su tiempo pistolas, ametralladoras, fusiles automáticos y lanzagranadas; bebió kilolitros de peleón y cubalibre; fumó centenares de puros durante el servicio (aunque estaba prohibido, creo) y peló más guardias que la famosa Madelón, pero jamás lesionó con su fuego a un amigo, entre otras razones porque me habrían cortado los huevos al amanecer.
El general McCrystal, jefe de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, ha pedido excusas al Gobierno de aquel país, y ha declarado que se abrirá una investigación. El Secretario de Defensa de los Estados Unidos de Norteamérica, el señor Robert Gates (Roberto Puertas, para los amigos), ha dicho que estos incidentes son inherentes al conflicto y parte de lo que "hace la guerra tan horrible" (pero como creo que lo ha dicho ante un micrófono, lejos del lugar de los hechos y tan tranquilo, mejor no hacerle demasiado caso)
Comprendo que los pilotos vayan pensando en el "chichi" de su novia (o en el pene de su prometido, me da lo mismo) mientras proceden a la masacre, en cumplimiento de las órdenes recibidas; entiendo la postura del general McCrystal y concedo la razón al señor Gates. No obstante, propongo una solución de compromiso que estoy seguro contribuirá notablemente a evitar este tipo de incidentes: a partir de ya, todos aquellos que tengan alguna responsabilidad en sucesos similares serán castrados a cuchillo (para las señoras pilotos habrá que establecer un castigo equivalente, a estudiar), y pedirán disculpas en público con los huevos en la mano izquierda, a la altura del corazón, y la mano derecha pegada a la sien, en posición de saludo militar.
¡Y ya está...!

No hay comentarios:

Publicar un comentario