En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

domingo, 14 de febrero de 2010

¡A mí la Legión...!

Éste también lo acabo de recibir hace poco. A que es bueno, ¿eh?



Monta un señor en el tren en Madrid, y al rato se escucha por megafonía:

- ¡Atención señores viajeros: por problemas técnicos este tren no podrá realizar parada en Córdoba...!

Oído lo cual, el señor se pone a llorar. Entonces, el viajero que va enfrente le pregunta por qué llora.

- Pues es que me voy al entierro de mi padre, en Córdoba, y han dicho que el tren no va a parar allí.

- Tú, tranquilo... Por mis cojones y por la Legión que tú te bajas en Córdoba. No te preocupes: cuando estemos en el andén de la estación de Córdoba, te agarro por la cabeza, te saco por la ventanilla, y empiezas a correr en el aire, y luego te suelto y así, al ir corriendo, no te caes al suelo, que así nos tiramos de los vehículos en marcha en la Legión.

- ¡Ah!, vale; de acuerdo. Así lo haremos -acepta el viajero.

Al llegar a Córdoba realizan la operación como habían previsto, y el hombre aterriza corriendo en el andén sin mayores problemas.

Cuarenta minutos más tarde el legionario se va a la cafetería del tren, y allí ve al hombre, otra vez llorando.

- ¡Mecagüen la leche!, pero, ¿qué haces aquí, si yo te dejé en Córdoba...?

- Ya - responde el tipo, compungido - pero tres vagones más atrás viajaba un compañero tuyo que, al verme correr por el andén, sacó su brazo por la ventanilla y dijo:

- ¡Por mis cojones y por la Legión que este tren tú no lo pierdes...!


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