En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

martes, 1 de junio de 2010

Desmesurado Israel

Yo no soy quién para asegurar que el pueblo judío sea el que más ha sufrido a lo largo de la Historia, pero, desde luego, es uno de los que más putas las ha pasado. Y si incluimos el holocausto (que algunos imbéciles aún se atreven a negar), ni os cuento. Lo que sí afirmo rotunda y subjetivamente es que, cuando menos, es un pueblo desmesurado.
Es lo menos que se puede decir de unos señores que se tiran cuarenta años caminando por el desierto; por un desierto que, a razón de 4 km/h., se puede cruzar a lo ancho en un mes, y a lo largo en dos, descansos reglamentarios incluidos, o que derriban las murallas de Jericó a toque de trompeta, o que derrotan a un ejército filisteo gracias a que un pastor canijo endiña una pedrada en el cráneo al gigante Goliath, paladín de los malvados enemigos de Israel.
Es un pueblo tan desmesuradamente desmesurado, que tuvo por aliado y protector al mismísimo Jehová, y que, en la actualidad, está amparado por la mano de Dios en la Tierra, o sea, los Estados Unidos de Norteamérica. Por eso, ha conseguido crear y mantener contra viento y marea un estado judío en medio de los países árabes. Por eso, porque cuenta con la masiva afluencia de dólares norteamericanos, y porque es la principal base de los Estados Unidos en Oriente Medio.
¿Soy antisemita?
¿Qué cojones es eso?
Sólo estoy haciendo un comentario sobre un pueblo claramente desmesurado.
Un pueblo que es capaz de derrotar a Egipto y sus aliados en 6 días, lo que no está nada mal, teniendo en cuenta que Dios creó el mundo en el mismo tiempo.
El problema viene dado porque, sin duda marcado por siglos y siglos de Historia desmesurada, Israel no ha tomado conciencia de su verdadera situación en el mundo, ni muestra sentimientos de solidaridad, amor o caridad hacia aquéllos que, por mor de las circunstancias, se ha visto obligado a sojuzgar. Por eso suele replicar desmesuradamente a las agresiones de los miembros de la resistencia palestina. Por ejemplo: si Hamás lanza sobre territorio israelí un cohete Grad o Qasam y mata a una persona (normalmente, cada tres meses), el ejército judío replica con un ataque masivo de blindados, artillería y aviación, y se carga a 1.800 palestinos, incluidos mujeres y niños. ¡Desmesurado! Cuando los palestinos intentan buscarse la vida como pueden para no morir de hambre, o impedir que sus casas y tierras sean ocupadas para construir asentamientos judíos, los israelitas les encierran dentro de una muralla de hormigón, y aquí no ha pasado nada. ¡Desmesurado!
Y, claro, si una pequeña flota de barcos desarmados pretende llegar a territorio palestino para descargar 10.000 toneladas de ayuda humanitaria -que buena falta les hace, gracias a Israel-, el ejército judío desencadena su tercera guerra mundial particular, y se carga a un montón de gente, explicando que podían haber matado a bastantes más. O sea, que no nos quejemos. Cierto es que el acto de piratería -el ataque sólo puede tener esta denominación, puesto que se produce en aguas internacionales- ha sido justificado por las autoridades judías, pero sólo por ellas. A nosotros, los observadores imparciales, nos costará mucho más tiempo encontrar justificación a hechos como éste.
De cualquier forma, con un pueblo elegido por Jehová y resguardado bajo las alas del águila norteamericana, hay que tener algunas deferencias y no menos precauciones.
Aunque sean desmesuradas.

4 comentarios:

  1. Nada que agregar, solo mi total adhesión a lo que ha sido tan inteligentemente expuesto.
    Un abrazo desmesurado

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  2. Lo acongojante es que todos los demás países no dicen esta boca es mía de manera oficial, hasta la ONU dijo "si no ha sido nada hombre..."

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  3. No hay que darle vueltas: somos títeres de los Estados Unidos (como antes lo fuimos de Roma, de Grecia o de Egipto), e Israel es el gendarme norteamericano en Oriente Medio. Y punto.

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