En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

sábado, 22 de octubre de 2011

"Cocodrilo" Dundee en Vitoria

Volvía yo esta mañana a mi casa, después de retirar un paquete en la oficina de Correos, cuando lo he visto en la calle Gorbea.
Negro, de estatura media, corpulento, vestido con una americana marrón y un pantalón oscuro y exhibiendo una sonrisa más grande y blanca que la Luna llena,
iba saludando a todo el mundo, lo que me ha causado cierta extrañeza.
Cuando ha pasado junto a mí, sin dejar de sonreír, ha levantado su mano izquierda en un amistoso saludo, y me ha dicho:
- ¡Hombre...!
Yo he replicado automáticamente con la clásica salutación vasco-castellana para tales momentos:
- ¡Buenoooo...!
El hombretón negro se ha alejado calle arriba, dejando a su paso como una estela de infantil felicidad.
Y he recordado la llegada de "Cocodrilo" Dundee a Nueva York, cuando saludaba desde el coche a todos los neoyorquinos que tenía a su alcance con aquel "¡Hola! Mitch Dundee, de Australia. Encantado", e informaba a sus amigos de Walkabout Creek de que "la gente de Nueva York es muy amable y amistosa"
Salvando las distancias, Vitoria no es Nueva York ni este señor era -seguro- otro "Cocodrilo" Dundee, pero ahora soy yo el que sonríe recordando su gesto. De tal forma que no me he resistido a plasmar este comentario.
Le deseo de todo corazón que encuentre aquí la felicidad, como Mitch Dundee la halló en la Gran Manzana, teniendo en cuenta que tanto allí como aquí hay buenas personas y verdaderos hijos de la gran puta.

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