En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

jueves, 3 de noviembre de 2011

La deuda griega desde mi punto de vista

Sé perfectamente que la Economía es un entramado complejo y fuera de la comprensión de los ciudadanos normales -de los ciudadanitos-, pero, como siempre digo a los que me quieren escuchar (aunque no me hagan ni puto caso), el hecho de que uno no sea experto en la materia no quiere decir que no pueda opinar, como parece que se pretende en los tiempos actuales, en los que si no tienes diez másters y catorce doctorados pintas menos que la Tomasa en los títeres, y te hacen menos caso que al parte meteorológico de Gambia.
Dicho esto, me reafirmo en que soy un hombre que tiene la mala costumbre de pensar. Y pensando, pensando, he llegado a la conclusión de que la mejor manera de explicarme el problema de Grecia (al menos, para comprenderlo un poco) es rebajarlo a mi nivel, para poder examinarlo de cerca y con cierta familiaridad.
Puede que esté equivocado (no me extrañaría), pero yo veo el asunto de esta manera:
Imagino que Grecia es la familia Fernández. 
Los Fernández, en un momento dado, teniendo en cuenta el dinero que tienen y sus salarios, deciden comprarse una casa más grande, con piscina climatizada y garaje para el "Mercedes". En rigor, para alcanzar ese nivel de vida, deberían esperar diez años, pero prefieren pedir un crédito al mafioso de turno, que accede complacido en vista del substancioso beneficio que la operación le va a reportar.
Los Fernández se instalan y comienzan a pagar su deuda en los plazos previstos.
Durante los dos primeros años.
Porque, pasado ese tiempo, los progenitores se quedan sin trabajo y sin un euro, y el mafioso se queda con un colletón de aúpa.
El mafioso, por su parte, amenaza con romper las piernas de todos los miembros de la familia, pero no contaba con que los Fernández se hicieran fuertes en su mansión, debidamente pertrechados y dispuestos a todo (porque, total, si me van a joder de todas formas, que se jodan también ellos). Como de lo perdido saca lo que puedas, el mafioso les propone que paguen al menos el 50%. Los Fernández aceptan en principio, pero luego recapacitan y responden que verdes las han segado. 
El mafioso se queda sin cobrar.
¿Sí?
No.
El mafioso decide que algún día saldrán de la casa y que ya les pillará, pero, mientras tanto, envía a sus sicarios para que informen al resto de los clientes de que deberán pagar un 5% más de intereses sobre sus créditos, con lo cual el mafioso recupera su dinero (y probablemente más), y la deuda de los Fernández la pagan entre todos los demás.
Yo lo veo más o menos así.
Puede que esté equivocado, por supuesto.

2 comentarios:

  1. Necesitamos un político como vos aquí ¡urgente!! Hay veces que intento descifrar que me quieren decir los míos y me siento ¡tan ignorante! jajjajajja Los Fernandez deben tener terrible casa para que los sicarios no puedan pasar, la idea no es mala, pero una pena vivir encerrados y con miedo. Y no es que les tenga lástima noooooo, que yo soy de las que paga para que vivan asi. Muy bueno lo tuyo amigo, siempre un placer leerte, un abrazote.Lyliam.

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  2. Los Fernández podrán aguantar mucho,Lyliam, pero los usureros no perdonan y tienen todo el tiempo del mundo; tarde o temprano, pagarán. Un abrazote, chata.

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