En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

lunes, 12 de marzo de 2012

La Sanidad pública es innecesaria.

Queridos amigos y colegas, como bien sabéis -y si no es así, ahora mismo os lo estoy diciendo- tengo el vicio de pensar (de vez en cuando) Es una reacción automática ante ciertos, aunque no por completo identificados, estímulos, que se produce de forma sorprendente y que me deja alelado por un período de tiempo que varía entre dos segundos y varios meses.
Ahora, precisamente, estoy pensando que si yo mismo alucino por un tubo con las consecuencias de mi preclara inteligencia, qué no os ocurrirá a vosotros, dulces y alocados animalillos, tan alejados de mi cociente intelectual...
Pero a lo que vamos. 
Sucede que acabo de tener una de esas grandes ideas que hacen caer reinos, que despiertan a los durmientes, que guían a los desorientados, que elevan los espíritus y que, en definitiva, son dignas -cuando menos- de un Nobel. En plena crisis económica, resulta más que evidente que el Estado tiene que realizar ímprobos esfuerzos para mantener en funcionamiento el aparato de la Sanidad pública, cuyo coste de decenas de miles de millones de euros es una losa que tiende a aplastar la economía nacional. 
Pues aquí viene lo bueno: ¡la Sanidad pública es innecesaria...!
Lo único que tenemos que hacer es ir todos a la privada, y pasar las facturas al Gobierno democrático de la nación.
Y ya está ...
De nada, majos.

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