En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

miércoles, 3 de julio de 2013

¡Aló, aló...!

Los seres humanos seríamos especímenes dignos de cuidadosos estudios por parte de antropólogos cósmicos, siempre que se interesaran por actitudes incomprensibles, comportamientos extraños y reacciones insospechadas en seres inteligentes (o aparentemente inteligentes, al menos)
Una característica definitoria es nuestra capacidad para ver siempre, de cerca, de lejos o a media distancia, la paja en el ojo ajeno, simultaneada con la imposibilidad de percibir la viga en el nuestro.
Hace veinte años, por ejemplo, los que iban por la calle hablando por el teléfono móvil eran unos tales, unos cuales, y por aquí y por allá. Hoy en día, de cada diez ciudadanos que vemos por la calle, ocho van hablando por teléfono. Es curioso  considerar qué mal nos sienta el espionaje por parte de los Estados Unidos, cuando resulta que vamos calle arriba informando de nuestras vivencias a voz en cuello y a todo el mundo, pegados al jodido móvil. O sea, que todos llevamos la misma paja o la misma viga en el ojo, según se mire.
Lo bueno que tienen las conversaciones telefónicas en la vía pública es que nos hacen el trayecto más entretenido, y, a veces, hasta nos proporcionan material para interesantes deducciones, que, lógicamente, nunca podremos comprobar.
Transcripción más o menos literal de la charla de una señora a través de su móvil, la mañana del 3 de julio de 2013, en la calle Siervas de Jesús, de Vitoria-Gasteiz:
- ¡Hola...!
- .../...
- ¿Estás en casa...?
- .../...
- ¿Estás sola...?
- .../...
- Estás con alguien, que a mí no me engañas...
- .../...
- Estás con alguien, y tienes la boca llena...
- .../...
- ¿Qué estás chupando? 
- .../...
- Tienes la boca llena; si es que te lo noto...
En este punto me he alejado lo suficiente para no oír más.
Pero, a que el tema estaba interesante, ¿eh?
Voy a ver si encuentro la viga en el mío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario