OTRORA
Hubo un tiempo en el que los
reyes eran sabios y justos, y los súbditos trabajadores, leales y nobles; en el
que las viudas, los huérfanos y los pobres eran tratados con cariño y respeto,
y provistos de lo necesario para su cotidiano sustento; en el que los guerreros
combatían para erradicar el mal y para defender a quienes no podían valerse por
sí mismos; en el que la decencia, la virtud, el honor y el buen hacer eran
enaltecidos, y despreciados el vicio, la corrupción, el odio y la violencia
gratuita.
Sí, hubo otro tiempo. Un tiempo
mejor.
Pero no recuerdo cuándo fue.