En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

jueves, 12 de marzo de 2015

Publicidad engañosa



Creo que la publicidad es el arte de engañarnos en provecho de terceros, y no habrá quien me saque de ahí ni de broma. Por eso no me gusta. Dicho esto, es obvio que la publicidad siempre será más o menos engañosa, aunque el engaño puede tener dos direcciones diferentes: una hacia el usuario (nosotros) y otra hacia el publicista (que puede resultar autoengañado en sus teóricos resultados)
Ejemplo de este último caso lo tenemos en el presente cartel, que el Ayuntamiento de Vitoria ha distribuido profusamente por toda la ciudad, siguiendo la moda actual de las campañas en pro de la transparencia (a buenas horas, mangas verdes) El propósito del publicista, visto sin duda con los mejores ojos por su clientela, consiste en convencernos de que el "nuevo portal de transparencia municipal" nos va a permitir ojear hasta debajo de las alfombras de la casa consistorial, y para ello coloca la lupa -símbolo de inmaculada nitidez- ante el edificio municipal, sin darse cuenta de que lo verdaderamente transparente es la lente en sí, ya que el edificio sigue tan herméticamente macizo, sellado e impenetrable como siempre.
En consecuencia, el cartel nos proporciona una verdadera alegoría de la actual realidad política: todas las actividades de nuestras instituciones son transparentes, pero ustedes no van a ver ni torta.
Con lo que puede conseguir exactamente el efecto contrario al pretendido.
Pues eso.

4 comentarios:

  1. Jajaja, es cierto, por mucha lupa, lo único que se ve estupendamente es el edificio donde se enfoca, pero lo que se cuece ahí dentro queda tan tapadito, pero bueno el publicista ha tenido una buena idea, fíjate si a sido buena, que te ha inspirado un pequeño relato de tu parecer; pero es cierto, yo también creo que la publicidad es engañosa, solo hay que darse cuenta de las cremas que anuncian en la tele... ¿por qué no ponen a una señora como yo, después de haberse dado la crema un mes?, pues porque no hace nada, jajaja.
    Fue un placer pasarme por aquí Joe.
    Un abrazo.

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    1. Ya tedigo. La única publicidad que me hacía gracia era la de mis tiempos mozos, del tipo "Caen gotas, a por botas. Zapatería Anselmo Moreno". Lo demás son gilipolleces. Por cierto, no te preocupes de las cremas que se te ve bien guapa, je, je. Un abrazo, Eldita.

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  2. Pobrecitos, ya la gente va tomando conciencia de que no son el poder, solo son unos intermediarios, y normalmente bastante baratos porque solo necesitan un poco de dinero para venderse.

    saludos

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    1. Si es que vivimos en un mundo cuyo único motor es el amor; el amor al dinero, claro.

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