En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

martes, 16 de junio de 2015

Te recuerdo





TE RECUERDO


Te contemplaba agarrado a los barrotes de la verja que rodeaba el inmenso jardín de tu mansión, mientras jugabas con tus hermanos en la piscina, atendidos todos por una legión de sirvientes, y luego me alejaba lentamente arrastrando mis viejas zapatillas y mordisqueando el pedazo de pan con chocolate que mi madre me había dado para merendar. Cuando iba a la escuela, con mi humilde cartapacio bajo el brazo, tú pasabas vestida de punta en blanco a bordo del lujoso automóvil en el que un chófer uniformado te llevaba al mejor colegio de la ciudad.
Pasó el tiempo y crecimos.
Te fuiste a la universidad y yo me puse a trabajar como pinche en un taller de coches. Durante varios años sólo pude verte fugazmente en alguna ocasión cuando llegaban los meses de verano. Un buen día me dijeron que habías vuelto y que ya eras doctora en Ciencias Exactas. Me encogí de hombros, porque era algo que escapaba a mi comprensión como oficial mecánico de segunda, pero me alegré por ti.
Algún tiempo después desapareciste para siempre.
Parece ser que te casaste con un forastero que se te llevó muy lejos. Decían que iba por tu dinero. Puede que fuera así; yo qué sé...
Lo que si sé es que han pasado muchos años y no puedo olvidarte.
¡Qué fea eras, cabrona...!

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