En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

jueves, 10 de diciembre de 2015

Calificación moral

Acabo de saltarme a la torera el filme intitulado "A un paso de la muerte" ("Wrong Turn at Tahoe"), que nos ha sido amablemente ofrecido por Paramount Channel, entre corte y corte publicitario. 
La película es violenta de cojones.
Recuerdo que cuando era un jovenzuelo imberbe, existía en España una calificación moral señalada por la Iglesia, expuesta en las puertas de todas los templos, que marcaba la edad mínima permitida para acceder a las películas que se proyectaban en los cines de la ciudad. Tal calificación era como sigue: 
1.- Todos incluso niños. 2.- Para jóvenes. 3.- Para mayores de 16 años. 3-R.- Para mayores con reparos. 4.- Gravemente peligrosa.
Por supuesto, si los porteros albergaban la menor duda sobre la edad del aspirante a espectador, no le dejaban entrar a la sala y punto pelota. Aparte, claro está, de que si por casualidad lograbas acceder a una de esas películas que no eran "de tu talla", cometías un pecado mortal del copón y te pasabas un montón de tiempo arrepintiéndote de tal ofensa al Altísimo, por un lado, y por otro de haber pagado una pasta para ver una mierda, o como mucho "Siete novias para siete hermanos", calificada entonces en el 3 cuando hoy la ven hasta los niños de pecho.
Dicho esto, quede claro que "A un paso de la muerte" entretiene. Es una ensalada de malos muy malos y malos algo buenos, en la que se rompen cráneos con bates de beisbol, se despedaza a señoras atadas a una cama, se dispara a mansalva con especial recreo en rematar a los heridos que gimen y se arrastran, se entierra a la gente en canteras y se asesina a amigos y compañeros hasta en la escena final.
Pero lo más cojonudo es que a lo largo de toda la proyección en la pequeña pantalla -eso sí, fuera de horario infantil-, aparecía un cartelito indicando que la película era adecuada para mayores de 12 años.
Vamos, cultura de primer orden al alcance de todos los españoles, como el NO-DO.

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