En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Cuento de OVNIs





CUENTO DE OVNIs

A las 8,30 de la mañana de un día de comienzos de la primavera de 1979, nuestro hombre viajaba a bordo de su SEAT-600 en dirección a su lugar de trabajo, en Aguilar de Campoó (Palencia), a unos 20 km. de distancia.
Circulaba por la N-627, dos kilómetros más allá de la pequeña población burgalesa de Trashaedo del Tozo. Hacía fresco, pero el cielo estaba despejado y la visibilidad era excelente.
Al superar un cambio de rasante, se encontró frente a frente con un objeto triangular posado sobre la carretera, que le impedía el paso por completo pues ocupaba toda la calzada. Sorprendido, quiso dar vuelta para alejarse por donde había venido, pero detuvo el coche tan en seco que se le caló, aunque no pudiera asegurar si fue él quien lo provocó como una reacción automática, o el motor dejó de funcionar por alguna causa ajena a su voluntad. Una casi invencible sensación de nerviosismo le embargó.
El triángulo estaba situado a unas decenas de metros e inmóvil. En apariencia era sólido y medía unos 10 metros de lado. Todo él despedía una luminosidad de color rojo-verdoso, y los vértices presentaban luces más intensas en rojo fuerte.
Nuestro viajero no sabía qué hacer. De pronto, y sin que se apreciara cambio alguno, el objeto se elevó en absoluto silencio y en vertical hasta una altura aproximada de 100 metros, y salió disparado en dirección a Aguilar (más o menos al NO), para girar luego velozmente hacia el N, perdiéndose de vista tras unas colinas. Nuestro sorprendido automovilista pensó que se iba a estrellar contra ellas, pero el aparato volvió a elevarse en vertical, superó los promontorios, descendió tras ellos y desapareció para siempre.
He titulado esta entrada como “cuento” porque todos sabemos que los OVNIs no existen (y menos como vehículos tripulados ajenos a nuestra civilización), por lo que queda claro que lo descrito aquí era la Luna, Júpiter, Venus o Arturo, pero si alguna vez os encontráis con este hombre y os cuenta su historia, no discutáis con él, porque está convencido de que se topó con una nave extraterrestre.
Y visto lo visto, no me extrañaría, ¿eh?

2 comentarios:

  1. Por aquel entonces se escuchaban algunos casos, y yo sinceramente no se si creerlo o no, pero lo tengo ahí en suspenso como los temas de espiritismo, ni me lo creo, ni dejo de creer, jajaja. De cualquier forma, me encantan los temas estos un poco misteriosos...
    Un abrazo Joe.

    P.D. He visto que el otro día se me escapó un "ay" que no correspondía en el comentario que te dejé.

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  2. Ya vi lo del "ay" y me dije ¡ay!, je, je. Sin problemas. Al mejor carpintero se le escapa el formón.
    En cuanto al asunto OVNI pues qué quieres que te diga. No es una cuestión de fe, sino de pura estadística. Sólo en Estados Unidos hay más de 70.000 observaciones/año. Algo raro pasa, y además -pese a la opinión de algunos- pasa desde que el hombre es hombre. Un abrazo.

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