SABIDURÍA ORIENTAL
A China fue Zapatero
para lograr el empuje
necesario
que nos sacara primero
-al menos eso deduje-
del armario
donde nos metió la crisis
que dura más de tres años,
y pusiera,
pasada esta ingrata tisis,
al país sin más engaños
en primera
división de la fortuna,
como miembro rutilante
del G8;
pero la suerte es muy tuna
y el que avanza vacilante
cae al bocho.
Según este gobernante,
de euros nueve mil millones
orientales
era el grandioso montante
con que los chinos, simplones,
nuestros males
remediarían graciosos,
al propiciar el reflote
de las Cajas,
que así se harían colosos
de la Banca y su pitote
sin más bajas.
Dura poco la alegría
de los pobres en la casa
-es un hecho-,
por eso al siguiente día
China matizó esta guasa
por derecho:
— Pondremos pasta hasta hartarnos
cuando estemos bien seguros,
¡recarajo!,
de que podemos hincharnos
sacando vagones de euros
a destajo.
(Servidor de ustedes)
(Servidor de ustedes)
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