En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

lunes, 30 de septiembre de 2019

Al atardecer


Éste es uno de mis poemas más sentidos. Surgió en un momento negro de mi vida -que ha tenido muchos, como todas, je, je-, y doy gracias porque así fuera. Ahora os lo ofrezco con todo mi corazón.


martes, 3 de septiembre de 2019

A Lucía


Éste es un poema de amor verdadero hacia una extraordinaria mujer que no es mi novia, ni mi pareja, ni mi amante, ni cosa por el estilo, pero que sí es como la hermana que nunca tuve, y con la que puedo contar en cualquier momento de mi vida.






De vaginas y otras zarandajas




Acabo de toparme con este titular en un prestigioso diario nacional. 
Lo primero que hecho ha sido recuperarme del ataque de risa que me ha dado; lo segundo preguntarme adónde va una prensa que permite semejantes gilipolleces, y lo tercero no leer el artículo, por supuesto.
Si sirve de algo mi opinión, puedo asegurar que todas las vaginas que he visto en mi vida me han parecido preciosas, y perfectamente diseñadas para los fines a los que están destinadas.
Dicen que Einstein dijo que sólo había dos cosas infinitas, que eran el Universo y la estupidez humana, y que del Universo no estaba muy seguro.
Comparto absolutamente su opinión.
Y dentro de la estupidez humana, la estupidez de las señoras y señoritas descontentas con el aspecto de su vagina es infinita al cubo.

domingo, 1 de septiembre de 2019

Chicos buenos (Good Boys), la película




¿Qué podría yo deciros sobre esta película, que, según el trailer, es lo más gracioso de los últimos siglos, noventa minutos de risas continuas y una obra que será considerada un clásico del cine de humor?
Podría deciros, quizás, que está recomendada para mayores de 16 años, y que yo -estúpido de mí- llevé a mis nietos de 15, 13 y 11 a verla ayer por la tarde. No pasa nada, porque mis nietos son más inteligentes que el guionista, el director y el productor juntos, pero son cosillas que te joden un poco, la verdad.
Podría también deciros que el filme en cuestión es un compendio de ordinarieces, chabacanadas, bufonadas y gilipolleces como sólo el cine estadounidense es capaz de ofrecer, o que es una exhibición permanente de situaciones idiotas y de aparatos sexuales que te hace acabar hasta el culo de los famosos Good Boys. Los chavales y sus compañeros se pasan los 90 minutos de proyección profiriendo palabras malsonantes, con una profusión digna de mejor causa, que, sin embargo, casi no llega al nivel de las expresiones que utilizan muchos de los adolescentes presentes en la sala, sentados algunos en la butaca con los pies apoyados en la de delante, sin el menor respeto por nada ni por nadie.
Podría deciros que, ante la exhibición de bolas chinas, aparatos de tortura, consoladores, muñecas hinchables y drogas sexuales, muchos de los jóvenes espectadores se ríen sin saber de qué, aunque me dio la impresión de que las famosas redes sociales han realizado una completa labor informativa en este campo.
Añadiría, también, que "Chicos Buenos" es un bodrio como la copa de un pino; una película de sexo sin sexo explícito pero presente en todo momento, con niños como protagonistas en plan de guasa, como el que no quiere la cosa.
Mi nieto mayor opinó que era una memez; a mi nieta no le disgustó y el pequeño se lo pasó bomba, aunque éste sí que no tenía ni idea de lo que significaba aquella muñeca de látex en la cama, las bolas, el dildo o las pastillas estimulantes que tomaban las protagonistas.
Podría terminar diciendo que el cine como séptimo arte ha sido asesinado con esta película, y que os recomiendo fervientemente que no llevéis a vuestros hijos y nietos a verla, porque les aportaría los mismos valores que medio kilo de clavos metidos por el culo, pero sé que no me váis a hacer caso.
Así que mejor no digo nada.

Mi gato


Este poema está basado en hechos reales, je, je, je.