Machado y las dos Españas

 

¡Vámonos "pa Gibrartá" ...!

 

El valor de la democracia

 

Ojo con las cifras

Hoy, en el diario EL PAIS, se dice que Brasil ha batido el récord de muertes por Covid-19, al llegar a los 3.000 fallecidos en un día. Pero hay algo muy importante que EL PAIS no dice, y es que, comparadas con las de España, las cifras de la nación sudamericana le son absolutamente favorables. Si tenemos en cuenta las restricciones establecidas por las autoridades españolas y por las brasileñas, saquen ustedes sus propias conclusiones.

Clases sociales

 

Si te van a vacunar ...

 

Peligro de extinción

 

Dudas razonables

 

¿Quién miente?

 Si algo hemos aprendido a lo largo de los años, es que la verdad es un producto muy escaso en el mercado de la vida. Dicen que siempre se llega a conocerla, pero lo cierto es que la mayoría de las veces ese conocimiento puede tardar siglos. En los tiempos actuales, con este rollo de la pandemia de las pelotas, aún es más difícil saber dónde está la razón, y, en consecuencia, la verdad, porque las informaciones son confusas, sesgadas, contradictorias y sospechosas -vengan de donde vengan-, y si encima entran en juego los supermillonarios intereses de las multinacionales farmacéuticas, apaga y vámonos. Saber quién miente es hoy especialmente dificultoso. Me han pasado este chiste, que publico aquí como mera curiosidad informativa. Besos a tod@s.

Aportación cósmica

 

El rey de Zamunda

 

En 1988, Eddie Murphy y Arsenio Hall protagonizaron (en unión de otros meritorios artistas como, por ejemplo, James Earl Jones) una divertida y ligera comedia que llevaba por título "El príncipe de Zamunda" 

Hoy, en marzo de 2021, he tenido el dudoso placer de ver la continuación de ese film, en el que el príncipe ha ascendido en el escalafón para llegar a ser "El rey de Zamunda"

Desgraciadamente, la película no ha tenido la suerte de ascender como su protagonista.

Es un toñazo infumable.

Allá vosotros ...

Victimarios

 

El presidente-lehendakari del Gobierno Vasco-Eusko Jaurlaritza, Iñigo Urkullu, ha intervenido hoy en un acto del Consejo Vasco de Participación de Víctimas del Terrorismo, y, entre otras cosas, ha "reiterado la necesidad de que los "victimarios" reconozcan la injusticia del daño causado".

Lo cierto es que yo escribiría más, pero, como todos sabemos, un escritor escribe para sus lectores, y, teniendo en cuenta los escasos lectores que tengo (gracias a todos ellos), no considero necesario esforzarme a tope todos los días. Mi tío tenía ocho gallinas, y con una palangana diaria de comida era suficiente. Los de las granjas avícolas tienen que preparar cientos de kilos. Pues así es la cosa, no sé si me explico, je,je. 

Pero a lo que estamos, tuerto, que se rifa un ojo.

Esto de los "victimarios" que ha mencionado el señor Urkullu me ha sorprendido, porque, la verdad, yo pensaba que un victimario era una lista de víctimas. Pero no; un victimario es otra cosa. Es un eufemismo.

Y es que vivimos en la era de los eufemismos. Hacemos las mismas cosas que hace diez mil años, pero ahora las encubrimos semánticamente para suavizar, para dulcificar su impacto. Antes, introducir un pene dentro de una vagina se denominaba joder y ahora es hacer el amor; ponerse hasta las cartolas de cocaína era drogarse, pero ahora es esnifar; tener un miedo horroroso a algo o a alguien era estar aterrado, sin embargo en la actualidad es tener un ataque de ansiedad; cobrar comisiones bajo cuerda era aceptar sobornos, que ahora se denomina gestionar las finanzas del partido (por ejemplo) En este sentido, y para terminar, lo que en estos momentos el señor Urkullu y sus congéneres denominan "victimarios", no hace demasiado tiempo tenía el poco cariñoso apelativo de "asesinos".

O tempora, o mores ...

Comparativa Covid-19 Brasil-España

 

Hoy he leído un artículo (uno de los miles que pululan por ahí) sobre la actitud del presidente Bolsonaro en relación con el Covid-19 en Brasil. Por supuesto, la prensa "independiente" (¿hay algún periodista independiente en el mundo?) le pone a bajar de un burro; menos guapo, le llaman de todo. 

No sé si Bolsonaro es un artista o un demente, pero lo más interesante ha sido el comentario de un lector que hacía hincapié en el hecho de que Brasil, sin restricciones, tenía hasta el momento mejores cifras que España. Como no me fio mucho de estas cosas, me he molestado en comprobar los datos y estos son los resultados.

Juzgad vosotros mismos.

Los dueños