La Policía sirve para defender al ciudadano de los desafueros criminales de aquéllos que viven fuera de la ley (eso es, al menos, lo que siempre se nos ha querido hacer creer). Lo que no nos dicen es que también sirve para ahostiar a mansalva a los que molestan, en un momento dado, a los "defensores del orden establecido". El problema es que tales "defensores" y los propios policías cobran sus sueldos gracias al esfuerzo diario de todos los contribuyentes, entre los que se encuentran también los receptores de sus raciones de "democracia". O sea, que los sufridos ciudadanos pagamos a la Policía para que tenga los mejores equipos a la hora de darnos de hostias.
Como ha sucedido hoy en la Plaza de Cataluña, en Barcelona.
Lógicamente, la primera medida sería no pagar nuestros impuestos: si no cobran, seguro que no currelan. Pero el sistema ya se ha ocupado del asunto, y cada españolito pierde mensualmente una parte de sus emolumentos, que le son retenidos para financiar (entre otras cosas) las actividades de estos muchachotes.
Por lo tanto, sólo podemos considerar otra alternativa: como los policías son unos mandados, que se limitan a cumplir las órdenes recibidas (aparte de algún caso aislado de "entusiasmo" profesional), hay que exigir la destitución inmediata del imbécil dictador que ha ordenado y dirigido la maniobra en la Plaza de Cataluña, su perfecta identificación ante la opinión pública, y su automática adscripción a la plantilla de picapedreros de Pancorbo (por ejemplo)
¡Ah!, y que conste que preferiría siempre la Plaza de Cataluña cubierta de mierda, antes que cubierta de sangre.
¡Ah!, y que conste que preferiría siempre la Plaza de Cataluña cubierta de mierda, antes que cubierta de sangre.
Por cierto, acabo de encontrar en la red este vídeo, en el que Eduardo Punset muestra su apoyo al 15-M.
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