En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Green Capital

La ciudad de Vitoria (Vitoria-Gasteiz) fue declarada European Green Capital el año 2012. Un enorme letrero vegetal, situado en la Plaza de la Virgen Blanca, conmemora el hecho y proporciona lugar y motivo para que todos los turistas se hagan la correspondiente fotografía.

Plaza de la Virgen Blanca (Vitoria-Gasteiz)
Hasta aquí todo normal y correcto. Vitoria es una ciudad verde, limpia y ordenada.
El problema surge cuando ciento cincuenta metros más allá de este cartel, en pleno centro de la ciudad, en la calle Postas, te das de manos a boca con el letrerito que una comunidad de vecinos ha colocado en su portal:

Aviso vecinal en inmueble de la calle Postas, de Vitoria

Antiguamente, orinar en plena vía pública era un acto propio de cochinos o de prostatíticos crónicos, pero en la actualidad el hecho es tan corriente como tolerado, no sé si por dejación o por miedo a las consecuencias. El mismo día en que obtuve estas fotos vi a un tío meando en los jardines de la Plaza de Santa Bárbara, a cien metros de este portal y en plena celebración del mercado agrícola de los sábados. Era la una del mediodía y el lugar estaba lleno de gente. Bien es cierto que el hombre se protegió mínimamente entre el seto y un árbol.
Si viene usted a Vitoria el día 4 de agosto para disfrutar del comienzo de las Fiestas de la Virgen Blanca, no se le ocurra luego subir al casco viejo -calle Cuchillería, por ejemplo- para deleitarse con unos pintxos o simplemente tomar unos vinos: a las 10 de la noche es tal la cantidad de meada que corre por la calle y zonas limítrofes, que resulta prácticamente imposible mantenerse en pie. De hecho, mi mujer resbaló, cayó al suelo, se empapó y tuvo que cambiarse de arriba abajo. También hay que circular con mucha atención para no tropezar con los tipos que están regando la pared chorra en mano, o con las tías que acaban de bajarse las bragas entre dos coches. Este fenómeno se reproduce -con menor virulencia- todos los fines de semana.
Bueno, pues total que Green Capital sí, pero cuidado con las micciones inoportunas.

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