No sólo tenemos una débil memoria, sino que nos bombardean continuamente con un cúmulo de información que lo único que consigue es distraernos. Quizá, precisamente, ése sea su objetivo.
Las consecuencias del incidente en la central nuclear de Fukushima son imprevisibles, y más para nosotros, que carecemos de datos fiables. Intuimos que la cosa ha sido -y será- gorda, pero esperamos anhelantes cualquier comentario que nos tranquilice de una vez por todas.
Pero dentro de poco -al tiempo- todo estará olvidado.
¿Quién recuerda el fallo de la central de Three Mile Island, en Pensilvania? ¿Quién recuerda, siquiera, el mes en que se produjo la crisis de Chernobyl? ¿Quién es capaz de retener en su memoria los incidentes habidos en centrales nucleares españolas...?
De nuestros fallos de memoria se beneficia el "lobby" nuclear, que sólo tiene que esperar el paso del tiempo para seguir haciendo de las suyas. El tiempo siempre juega a su favor, porque nuestra memoria es débil, pero su codicia no.
Las partículas de yodo 131, procedentes de Fukushima, han llegado a la costa este de China; cuatro de los seis reactores de esta central han vertido material radiactivo al aire y al mar; la gente evacuada no podrá regresar "próximamente" a sus hogares; el nivel de yodo radiactivo en el mar, cerca de la central, es 3.335 veces superior al límite de seguridad legal; hay plutonio en el suelo de las instalaciones, y una nube radiactiva alcanzó California el pasado viernes, día 18, y se extendió luego hacia Utah, Nevada y Arizona, pero los medios de comunicación ya no publican la noticia en primer lugar, ni en segundo, ni en tercero; ahora hay asuntos más importantes que tratar...
Y en pocas semanas nadie se acordará de Fukushima.
Eso es lo que están esperando. Como siempre.
Hablan de cubrir con telas los reactores; de desmantelar por completo las instalaciones...
Una cosa es cierta: el daño ya está hecho, y si Fukushima hubiera sido una central térmica, todo eso no habría pasado.
Aunque desmonten pieza a pieza la central nuclear de Fukushima -lo que puede llevar años-, la zona ya está maldita, y los restos nucleares, se pongan donde se pongan, seguirán activos durante 20.000 años.
No voy a escribir más sobre este asunto (salvo que sea absolutamente necesario), pero tampoco voy a olvidar.
No olvidéis vosotros.
La energía nuclear no es barata, ni limpia, ni segura.
Por estos días me pregunto si la intervención en Libia, no ha sido un medio de distracción, para sacar la misma de Japón y sus consecuencias radiactivas y finacieras, a lo mejor yo soy demasiado mala leche, pero me lo pregunto: ¿era indispensable una acción de tal magnitud, arrasando viento y marea?
ResponderEliminarQue locos estan estos tios que manejan el mundo.
Un abrazote.
En mi humilde opinión, el asunto de Libia, como el de Irak -y tantos y tantos otros a lo largo de la Historia-, está dirigido por "los de siempre" (incluido el "lobby" nuclear) para que cambie algo sin que nada cambie para ellos. Observa que hay muchos países en los que no se respetan en absoluto los derechos humanos, pero allí no se interviene, bien porque carecen de interés económico, porque son demasiado poderosos, o porque forman parte del equipo ganador. Un abrazote, Gus.
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