No es que se me hayan quitado las ganas de escribir últimamente, sino que llevo encima una mala leche que prefiero esperar un poquito antes de acabar en la silla eléctrica o en algún sitio peor. No obstante, y como muestra de que mi mente no descansa ni un segundo, aquí os dejo estas dos ocurrencias para disfrute de unos y maldiciones de otros. ¡Qué le vamos a hacer...!
sábado, 28 de julio de 2012
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