DE PELÍCULA
—Fue tan sólo un beso…
—Fue algo más que un beso…
En un telefilme
los protagonistas
se decían eso.
Por más que discurro
el significado
del diálogo abierto
de los dos amantes,
su fondo no acierto.
Pues, vamos a ver,
si fue sólo un beso,
¿puedo colegir
que después de dado
ambos dos queridos
perdieran el seso?
Cabe en lo posible
—que un beso es un beso—,
pero al menos uno
salvó su razón
pues que defendió
que fue sólo eso.
Ahora bien, el otro
amador sincero
dejaba entender,
con mirada fija
de gato de yeso,
que fue más que un beso.
¿Qué cosa fue, pues?
¿Un viaje a la tierra
de nunca jamás…?
¿Una glosa loca
a la libertad…?
¿La tela de araña
tejida en silencio
con hilos de miedo
y sed de maldad…?
—Fue algo más que un beso…
¿Un trozo de queso
untado en el pan…?
¿La noche, la vida,
el amor, la duda,
el negro recuerdo
de un día fatal…?
¿La profanación
profunda y total
del himen honrado
antes virginal…?
En fin, yo no puedo
sacar conclusión
de lo que he escuchado
en esta ocasión,
después de poner
toda mi atención
en un burdo filme
de televisión.
—Fue tan sólo un beso…
—Fue algo más que un beso…
Fue una tomadura
de pelo alevosa
mayor que un expreso.
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