En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

martes, 15 de mayo de 2018

Alea iacta est





Alea iacta est

Con las primeras luces de aquel frío amanecer del 12 de enero del año 49 aC, César pudo contemplar el hermoso paisaje que se extendía hasta donde alcanzaba su vista.
Pero sus pensamientos estaban en otro sitio.
Allí, a menos de un estadio de distancia, estaba el Rubicón. Cruzarlo suponía el estallido de la guerra civil; el enfrentamiento de dos Romas, la suya contra la de Pompeyo y el corrupto Senado. Tras él, su amada Decimotercera Legión, formada por 5.000 infantes y 300 caballeros, aguardaba impaciente.
César aún dudaba.
Un pastor, tocando su rústica flauta, empezó a cruzar el río seguido por sus ovejas. Fue como una señal de los dioses:
- ¡A tomar por el culo…! – gritó el caudillo, dando a sus tropas orden de avanzar.
Cayo Asinio Polión, historiador, amigo y fiel seguidor de César, transformó la expresión en el ya clásico y archiconocido Alea iacta est, que Suetonio hizo llegar hasta nuestros días.

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