En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

jueves, 1 de abril de 2021

Noticias falsas y ciudadanos de a pie.

 


Cuatro líneas únicamente para mostrar mi opinión sobre el tema de las noticias falsas, que los modernos llaman fake news.
El paternal proteccionismo de los Gobiernos ha llegado al punto de que no sólo nos protegen de todos los males habidos y por haber, sino también de cualquier información que pudiera resultar perniciosa para nuestras entendederas (o para sus intereses) Por eso nos encierran en casa para que no pillemos el Covid-19, y nos censuran las noticias que no se adecúan a su "línea editorial", je, je. Por supuesto que la censura no existe en ningún país democrático, pero sí han dejado en marcha una herramienta que viene a realizar el mismo trabajo, cual es el control sobre noticias falsas. 
La cuestión radica en que debe ser el propio ciudadano el que tenga la oportunidad de comparar, estudiar y sacar sus propias conclusiones, sin la intromisión de elementos ajenos. Pero eso es tan difícil como degustar un plato de sopa con tenedor. Por eso YouTube, Facebook y Twitter han cerrado la puerta, de una forma u otra, a lo que los intereses inconfesables de determinados estamentos han definido como "noticias falsas".
Usted va por el campo y se encuentra un martillo con un cartel que dice "Instrumento para asesinar viandantes". En buena lógica -y a la vista de la información disponible- debería ser usted quien decida la bondad del aserto y la utilización que se puede dar a la herramienta.
Pues no. El Gobierno, a través de sus voceros globalizados, le dará las pertinentes instrucciones.
Y esto, señores, ni es democracia, ni es libertad de información, ni pollas en vinagre.
Sé que este artículo es tan inútil como un paraguas sin tela, pero me he quedado tranquilo.


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