Creo que la famosa "cumbre" de Copenhague sobre el cambio climático ha quedado, como siempre, a la altura del campamento base nº. 1
Parece que lo más interesante que ha sucedido en ella, ha sido la detención de Juan López de Uralde y otros dos miembros de Greenpeace, sobre los que caerá todo el peso de la justicia danesa.
El problema, con éste y otros asuntos similares, es que la "justicia" siempre se ceba en el más tonto, mientras los listos siguen sacando partido -descomunales beneficios- con la agonía del planeta, generada por ellos mismos y sus desmedidos intereses económicos. Aquí empezaría ahora el debate sobre la tan traída y llevada independencia de la Justicia, pero no es éste lugar ni momento, toda vez que el grueso de la ciudadanía ya va teniendo una ligera idea de cómo funcionan estas cosas, idea que se reafirma al ver cómo quienes luchan por un planeta libre de contaminación son detenidos, mientras los responsables participan en cenas de gala, pagadas con dinero público.
Y no hay que hacerse ilusiones: el desarrollo sostenible comenzaría por paralizar inmediatamente cualquier acto de agresión contra la Naturaleza, y proseguiría con una marcha atrás, lo más rápida posible, para retornar al equilibrio. Eso no va a ocurrir. Tendremos que llegar al límite en desastres naturales, en desertización, en sobreexplotación de los mares, en superfluo gasto de agua, en todo, para que los autores del desaguisado -o sus descendientes- se den cuenta de que ellos también van a desaparecer.
El Sistema es un monstruo que se devora a sí mismo y se regenera aumentando de tamaño. No sé cómo funcionarán las cosas en Alfa Centauro, pero me jugaría un huevo contra un bocadillo de anchoas a que como aquí ni de coña, vamos.
Yo rogaría a las autoridades danesas, a todas las autoridades del mundo, que consideren la posibilidad de que Juan López de Uralde y sus compañeros puedan ser considerados héroes en un futuro mundo limpio, mientras ellos aparecerían como los villanos de la película. En este sentido, y como mucho, lo que deberían hacer los jueces de Copenhague es felicitar efusivamente a todos los miembros de Greenpeace, y proporcionar a López de Uralde y sus colegas detenidos una sustanciosa bolsa de viaje y un pasaje de vuelta en primera clase.
Aunque dudo de que lo hagan.
Tú protestas porque unos desalmados se están cargando tu mundo, y el "nuevo orden mundial" responde repartiendo "democracia" a mansalva. Forzoso es reconocer, en consecuencia, que muchas de las democracias que "disfrutamos" son bastante parecidas -en el fondo- a algunas dictaduras.
Vuelvo al principio: ¡qué triste es comprobar que la noticia más importante de la Cumbre del Clima en Copenhague, ha sido la detención de Juan López de Uralde...!
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