Ayer, al salir de la terminal del aeropuerto bilbaíno de Loiu, me topé con este enorme mural colgado sobre la fachada principal del aparcamiento.
Servidor es inmune a la publicidad.
O, mejor dicho, servidor es absolutamente hostil a la publicidad.
Estoy de la publicidad hasta los mismísimos, aunque reconozco que en un mercado globalizado es forzoso anunciar tu producto. Hasta ahí llego; lo que no admito es que me den el coñazo día y noche, por tierra, mar y aire, para intentar venderme cosas que no necesito para nada.
Y lo que más me toca las partes pudendas es que algunos carapijas denominen "consejos publicitarios" a la publicidad. A ver, consejos eran aquellas breves charlas que Sócrates -por ejemplo- dedicaba solícito a sus discípulos preferidos. "Sienta el dulce placer del universo en su clítoris con las bragas LAPIN", no es un consejo, ¡carajo!; es pura y dura publicidad.
¿Qué me importa que Kobe y Messi viajen con Turkish Airlines, llevando en sus bien cuidadas y forradas manos un balón de reglamento saltarín y juguetón? Por mí como si quieren viajar en la balsa Kon-Tiki.
Aunque, como la publicidad influye -por eso trabajan a tope los publicistas, que bien lo saben los muy bribones- de tal manera que no puedes sustraerte a sus encantos aunque seas un tipo duro como yo, sobre todo si te pillan desprevenido, ahora mismo me voy a sacar un pasaje business en Turkish Airlines para irme el próximo fin de semana a Soria.
Un día es un día.
¡A tomar por el saco...!
Jjajjajajaj, En verdad hay de esas bragas? Deletrea bien Soria, no te envíen a Siria...
ResponderEliminarNo; lo de las bragas ésas es sólo publicidad, je, je. Un abrazo, Lyliam.
ResponderEliminar