Treinta y tres hombres esperan en una mina de Chile, a 700 metros de profundidad, ser rescatados, mientras que otras tantas familias aguardan en la superficie el mismo feliz desenlace.
Al menos están vivos y parece que podrán ser abastecidos de agua y alimentos mientras duran las operaciones de salvamento, que quizás se prolonguen durante 3 o 4 meses. Larga y tensa espera, ¡vive Dios...!
Lo único que puedo hacer desde aquí es mostrar mi solidaridad con ellos, y desear de todo corazón un final que se prevé feliz, y que espero no se tuerza lo más mínimo.
Mientras tanto, la dirección del yacimiento San José, propiedad de la empresa minera San Esteban, ya se han descolgado con que probablemente no podrán pagar indemnizaciones ni salarios porque la compañía tendrá que declararse en quiebra. Por contra, el empresario minero Leonardo Farkas ha abierto una cuenta con 10.000 dólares para cada minero, y ha manifestado que hará lo posible para que esta cantidad llegue al millón de dólares por cabeza. Cara y cruz de nuestra bendita sociedad: entre los Hitler, Stalin, Idi Amin Dadá, Pinochet y similares, florecen algunos Vicente Ferrer y Teresa de Calcuta; entre la mierda del hijoputismo absoluto surge siempre, con grandes dificultades, alguna flor de amor y bondad.
Esperemos que algún día no muy lejano los términos se inviertan, aunque lo dudo.
Volved pronto, hermanos.
¡Os esperamos con los brazos abiertos...!
La compañía se lava las manos ahora, porque no evitaron manchárselas hace dos años antes de poner en operación nuevamente la mina, cuando las autoridades dijeron esa mina era clausurada por falta de seguridad?
ResponderEliminarYa sabes, Santi, que si los cazadores son los que más protegen la Naturaleza, los altos ejecutivos y los grandes empresarios son los eternos protectores del trabajador. ¿O no...?
ResponderEliminarDios nos oiga querido amigo!...Sólo de pensar en esos pobres hombres me siento hundida. Y, pensar que, deben pasar meses hasta que consigan, si lo logran,salir de las entrañas de la tierra!...
ResponderEliminarGracias por poner aquí ese drama, jamás debemos mirar hacia otro lado frente al dolor humano.
Un abrazo!
La pena es que no podemos ayudar en nada, María. Confiemos en que todo salga como es de desear. Un abrazote.
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