En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

sábado, 14 de enero de 2012

Curiosidad publicitaria

Desde hace algún tiempo se está emitiendo en TV un anuncio del desodorante AXE, que, cuando menos, resulta sumamente curioso, y no por su esmerada realización o por la validez del mensaje, sino por la falta de reacciones al mismo.
Personalmente, paso mucho de inmiscuirme en conflictos machistas o feministas, porque opino que todas las aguas vuelven al cauce que siempre debieron recorrer, pero no dejo de asombrarme cuando, por ejemplo, se rebajan los niveles de las pruebas físicas para que las mujeres puedan optar "en igualdad de oportunidades" a determinados cuerpos policiales, o cuando ciertos Gobiernos nombran igual número de ministros que de "ministras" por mor de esa cacareada igualdad, o cuando determinados grupos exigen que en los consejos de administración haya igual número de hombres que de mujeres. 
Pero, vamos a ver, ¿soy partidario de la igualdad hombre-mujer?
Hasta el fondo.
No tendría inconveniente alguno en que el Gobierno de mi país estuviera formado exclusivamente por mujeres y presidido por una mujer, como tampoco pondría objeción alguna a que ocurriera lo mismo en cualquier consejo de administración, cuerpo armado o instituciones públicas y privadas, siempre que tales puestos fueran ocupados por las personas más capaces y responsables.
Dicho esto, no deja de admirarme que se monten unos follones de órdago a la grande por determinados ataques contra la igualdad femenina, por motivos que a veces resultan verdaderamente ridículos, y, sin embargo, con razones de mucho más peso para que se levanten voces airadas nadie dice esta boca es mía.
En este anuncio de AXE, un señor -guapo y hermoso- intuye un nuevo y definitivo diluvio universal y se pone manos a la obra para construir un duplicado moderno del Arca de Noé, equipado con dormitorios "burbuja", sala de música, gimnasio y amplio cuarto de estar. Terminada la obra procede a rociarse con el mágico desodorante y, a la llamada invencible de sus efluvios varoniles, las parejas de seres vivos comienzan a llegar al arca. Pero, claro, no se trata de elefantes, leones, gatos o perdices, sino de señoras de muy buen año -no las hay cojas, ni gordas, ni feas- que avanzan lentamente hacia nuestro héroe con la mirada perdida en la lejanía y vestidas con sugerentes ropitas.
Absolutamente ridículo. 
Es tanta la cantidad de publicidad que se genera cada día, que los publicistas tienen que volverse locos para conseguir ideas originales.
Por eso acaban haciendo gilipolleces como ésta.
Que, además, es machista a más no poder.
Y nadie dice nada.
¡Hay que joderse...!


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