En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Breve respuesta al poema "A las inmaculadas llanuras (i)", de Raúl Zurita.

  

Raúl Zurita




i. Dejemos pasar el infinito del Desierto de Atacama
 
ii. Dejemos pasar la esterilidad de estos desiertos
 
Para que desde las piernas abiertas de mi madre se
levante una Plegaria que se cruce con el infinito del
Desierto de Atacama y mi madre no sea entonces  sino
un punto de encuentro en el camino
 
iii. Yo mismo seré entonces una Plegaria encontrada
             en el camino
 
iv.Yo mismo seré las piernas abiertas de mi madre
 
Para que cuando vean alzarse ante sus ojos los desolados
paisajes del Desierto de Atacama mi madre se concentre
en gotas de agua y sea la primera lluvia en el desierto
 
v. Entonces veremos aparecer el Infinito del Desierto
 
vi. Dado vuelta desde sí mismo hasta dar con las piernas
             de mi madre.
 
vii. Entonces sobre el vacío del mundo se abrirá
         completamente el verdor infinito del Desierto de
         Atacama
Autor: Raúl Zurita - Ganador del Premio Reina Sofía de Poesía Latinoamericana 2020


A modo de respuesta poética

Dichoso tú, Raúl,
nacido entre unas piernas
que fecundan el árido desierto
y lo transforman
en idílico vergel.
Feliz, Raúl, poeta,
enfrentando la roja soledad
del páramo terroso
desde la calidez umbría
de esas piernas maternas
que te hacen, a la vez,
padre, hijo y
espíritu santo.
Desgraciado de mí,
porque la vida diome,
miserable,
una sencilla madre
con dos piernas normales,
que sólo usó
en trabajar más que una burra
la mayor parte
de los días de su vida,
sin tiempo ni lugar
para mirar 
con desolados ojos el paisaje,
sin ganas ni conciencia
para mutar
el triste y gris desierto de su vida
en verde edén.
Mas, sin embargo,
creo estar acertado al opinar
que, aparte de detalles,
son felices recuerdos
nuestras madres.
José L. Guillerna - Aprendiz de poeta - Noviembre 2020


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