Se tocan, sí; decididamente, se tocan.
Aquí tenemos el ejemplo clásico: una jovenzuela que empezó entregándose en cuerpo y alma a la labor evangelizadora, como miembro activo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones), abandona la organización profundamente frustrada, y decide hacer el bien follando a mansalva y felacionando a todo el que se le ponga por delante, percibiendo, eso sí, suculentos emolumentos por tan "honorables" acciones.
Conocí a una que iba para monja y terminó de sindicalista extrema, quemando neumáticos por las calles y tirando piedras a los guardias.
Así que sí: los extremos se tocan ... a poco que te empeñes, claro.
Caray, pues si que tuvo un cambio extremo, como la que iba para monja y después se dedicaba a lo mismo que los violentos en Cataluña. Sin ninguna duda, los extremos se tocan, y también se dice que se atraen.
ResponderEliminarUn abrazo Joe.
Sin duda, Elda, sin duda. Otro para ti, je,je.
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