Carolina de Mónaco, la recta
y linda princesita de este cuento,
dispone de un cuantioso presupuesto
de más de cien millones de pesetas.
Carolina es persona selecta,
alejada del entorno modesto,
desagradable, mísero e infecto
de quienes no poseen ni chancletas.
Feliz en la ignorancia, esta princesa
de pesetas ocho millones gasta
cada año, comprando con largueza
cientos de pares de zapatos. ¡Basta
de estupidez! No pido gentileza,
ni cariño, ni amor para esa casta
que a tus dorados pies sufre pobreza,
pero sí que demuestres tu nobleza
compartiendo la pasta.
Insensibilidad real.
ResponderEliminarA zapatazo limpio. Un abrazo.
ResponderEliminar