Ayer, sin duda para conmemorar el "Día Internacional de la Mujer", recibí este interesante, sugestivo e inspirado panfleto, que dice bien poco de la imaginación del publicista y del sentido de la oportunidad del distribuidor publicitario.
Que quede bien claro que soy enemigo declarado de la publicidad; más aún de los "consejos publicitarios", y, por encima de todo, de la publicidad sexista, mentirosa, pesada, tediosa, implacable, invasiva y carente de buen gusto. Odio sobremanera esa forma de mensaje catastrofista, que asusta para luego ofrecer el remedio universal, del tipo: "¡Ay!, Pepita; qué problema tengo: me meo por la pata abajo. Todo el mundo va a percibir el tufo que desprende mi entrepierna." "No te preocupes, mujer; usa PENA LADY y estarás segura."
Dicho esto, y volviendo al tema de inicio, siempre he considerado absurda la publicidad que se basa en mostrar el cuerpo (lo más desnudo posible) de una mujer (aunque ahora también se están poniendo de moda los hombres). "Cacahuetes Fernández: los mejores del mundo", y tía en bragas para ilustrar el anuncio; "Urbanización Las Olas, donde es feliz la señora Manola", y tía medio en bolas como confirmación de dicha felicidad; "Pylette Super Plus, la maquinilla de los superhéroes", y tío cachas pasándose la mano por la mejilla mientras fija la mirada en el infinito. Pero, vamos a ver, ¿qué tienen que ver una señora o un señor en pelotas para garantizar la calidad de un producto? ¿Hasta dónde llega la imbecilidad de la raza humana? ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Adónde voy? ¿A cómo van las patatas?
Y yo qué sé...
Yo sólo sé que publicitar depilación mediante cuatro señoras en bragas, utilizando la pregunta "¿Cuál es tu zona euro?" (¿el "chichi", quizá?), en el Día Internacional de la Mujer, me parece, cuando menos, una soberana gilipollez.
Pues no se si estén de moda por allá los "infomerciales" unos tostones de 2 a 3 minutos vendiendote chorradas tales como un asa con ventosas (que no ventosidades) para salir de la ducha o un triturador de frutas superultramegafantástico que te pica hasta las muelas en instantes sin usar electricidad y por un módico precio de... jo, ya hasta me he aprendido el churro ese
ResponderEliminarHay cadenas de TV que sólo emiten eso. Yo no me lo explico.
ResponderEliminarMe levanto de la silla y te aplaudo José, que sos de los míos, no podía ser menos, la cultura te delata mi amigo querido. Yo aborrezco como no tenés idea esa clase de publicidad, y es como vos decís totalmente ofensiva, absurda y ridícula.
ResponderEliminarAhora la sexualidad tiene que ver con todo: con chicles, antitranspirantes, antiácidos, las chucherías ¡por dios! sale la mujer comiendo papitas fritas pasándole despacito la lengua a la papa para provocar a los chicos que la ven ¬¬
Deja a los publicistas mediocres, a los dueños de los productos que sólo les interesa los beneficios, a los modelos cabezahuecas que se prestan para denigrarse ellos mismos y al resto de la raza, hay un público que me preocupa alarmantemente: los niños. ¿qué les estamos diciendo? que si mastican chicles X van a besar mejor, o si usan Y desodorante tendrán sexo a lo bestia... qué asco me da la publicidad actual, palaba que si.
Gracias por ser una voz inteligente de protesta.
Un gran abrazo.
Mira, Liz, si cada pueblo tiene el Gobierno que merece, cada padre tiene el hijo que merece. Yo nunca había oído historias de hijos que golpean a sus padres y a sus profesores hasta ahora. Esta sociedad-circo en que vivimos cada vez está más loca. Si los niños están influidos por la publicidad, es porque los imbéciles de sus padres no han sabido, o no han querido, educarles. Que cada palo aguante su vela. Y no sientas lástima por los niños de hoy: son los que llevarán a sus padres a la residencia de ancianos mañana. Un abrazo.
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