El visitante llega al manicomio y avanza por el largo pasillo hacia la sala de visitas. De pronto, ve venir de frente, corriendo como un poseso, a uno de los psiquiatras del centro, que le grita:
- ¡Póngase a salvo! ¡Uno de los locos más peligrosos se ha escapado, y va cortando los huevos a todos los que tienen tres...!
El visitante responde:
- No hay problema; yo sólo tengo dos.
- ¡Sí, pero es que los cuenta después de cortarlos...!
La fiesta del manicomio se va a celebrar con gran boato y magnificencia. Uno de los momentos culminantes será la inauguración de una enorme y preciosa vidriera policromada, que ornamenta la entrada a la institución. El director, por su parte, decide realzar la fecha concediendo el alta a uno de los asilados, para lo cual procede a una minuciosa selección. Con tres expedientes bastante satisfactorios ante él, llama al primero de los candidatos:
- Manolito, si te diéramos el alta, ¿qué harías?
- Me compraría un tirachinas y jodería la vidriera.
Descartado el primero, el director entrevista al segundo:
- Federico, ¿qué harías si te diera el alta?
- Agarraría un tirachinas y jodería la vidriera.
Enjugándose el sudor de la frente con un pañuelo, el director recibe al tercero:
- Juanito, ¿tú qué harías si te diese el alta?
El loco piensa un momento.
- Bueno, me buscaría un trabajo decente...
- Muy bien.
- Así podría alquilar un pequeño apartamento...
- Perfecto.
- Iría a algún sitio a divertirme un poco, y podría conocer a alguna chica. Me la llevaría a casa, la invitaría a una copa, pondría una luz tenue y música suave...
- Sigue; sigue...
- Sentados en el sofá del saloncito, la abrazaría, metería mis manos entre sus muslos...
El director está convencido de que ha encontrado a su hombre ideal. Le anima:
- ¿Y qué? ¿Qué harías?
- ¡Le quitaría las ligas, me haría un tirachinas y jodería las vidrieras...!
El director del manicomio acompaña a un visitante para mostrarle las instalaciones. Al cabo de un rato se cruzan con un loco, que lleva arrastrando por el suelo una zanahoria sujeta con un cordel. El visitante, para congraciarse, le dice:
- ¡Qué perrito más guapo tiene usted!
El loco le mira de arriba a abajo, y responde:
- ¿Es usted tonto, o qué? ¿Acaso no ve que esto es una zanahoria?
El visitante queda corrido, pide excusas y se aleja con el director. Al quedar nuevamente solo, el loco se encara con la zanahoria, y le dice con una amplia sonrisa de satisfacción:
- ¡Hemos vuelto a engañarles, Fifí...!
Dos locos encuentran una pistola, pero no saben para qué sirve. Discuten su posible utilidad, y uno de ellos dice:
- Para mí que es un instrumento musical; como una flauta, o algo así. A ver si suena...
Se mete el cañón en la boca, aprieta el gatillo, suena un disparo y los ojos se le escapan de las órbitas. El otro loco exclama:
- ¡Joder, no pongas esa cara, que yo también me he asustado mucho...!
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