¿Qué hacemos ahora?

El presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, el señor Barack Obama, no estará presente en la reunión UE-USA, prevista para el próximo mes de Mayo en Madrid. La razón esgrimida es de tipo económico: el presidente Obama se ha lanzado a muerte contra los despilfarros, y empieza por economizar en viajes no ya personales, sino políticos. Suponemos que el último viaje a China, por ejemplo, dejaría sin combustible al "Air Force One". Si éste fuera el caso (que no lo creo), España, a pesar de sus miserias, siempre podría hacer un esfuerzo y pagarle un pasaje en primera clase hasta Madrid.

Yo me temo que, como la gran mayoría de sus antecesores, el presidente Obama va por su cuenta como líder del mundo libre y del otro, con la intención, además, de que el "otro" sea libre también lo antes posible, caiga quien caiga. Para mí, es ciertamente sospechoso que un Nóbel de la Paz lo primero que envíe a Haití sea miles de "marines", cargados hasta las cartolas de armas y municiones, cuando lo que el país caribeño necesita de cojones es comida, agua y medicinas, y tres semanas después del terremoto todavía haya muchísima gente pasando una "gusa" del copón. Pero, bueno, la estrategia es la estrategia, y ahí no me meto. De cualquier forma, los humanos somos una especie muy rara: el resto de los animales aprenden de sus propias experiencias (y de las ajenas), pero nosotros ni de coña. Los persas dominaron el mundo; y los fenicios, egipcios, griegos y romanos; y los españoles, y, en cierta medida, los incas, mayas, aztecas, comanches, sioux, arapahoes y etcétera (que no es otra tribu, ¿eh?), y todos desaparecieron para dar paso al siguiente "dominador del mundo". Sinceramente, creo que el Hombre no ha sido puesto sobre el planeta para vivir en el amor, la paz y la concordia, sino para que "alguien" observe nuestro comportamiento demencial, extraiga conclusiones y aplique en otros lugares las enseñanzas obtenidas. Luego, probablemente, se deshará de nosotros como hizo con los dinosaurios.

Pero, a lo que íbamos, ¿qué vamos a hacer ahora con la famosa cumbre UE-USA? Si no viene el que más manda, ¿para qué servirá la cumbre? Probablemente, para lo mismo que el Protocolo de Kyoto y la reciente de Copenhague: para que algunos ecologistas vayan a la cárcel.

Desde mi humilde punto de vista, España tiene que adoptar severas medidas ante tal situación. Yo propongo dos -una como alternativa a la otra- que pueden ser decisivas para nuestro futuro:

a) Solicitar oficialmente nuestro ingreso como quincuagésimo primer estado de la Unión, o

b) Pedir a la República China que nos acoja como provincia de ultramar (los restaurantes los ponemos nosotros)

¡Señor, dame paciencia..., pero dámela ya! (¿No te parece, Kepa?)