La aventura otoñal de la señora Haidar ha terminado felizmente para todos.
¿Para todos?
Como siempre ocurre con estas cosas, aquí hay gato encerrado. Puede suceder -de hecho, así es- que yo sea desconfiado por naturaleza, pero es que después de tantos años peinando canas (y gracias), me he vuelto tan receloso como un perro apaleado.
El ministro español de Asuntos Exteriores, don Miguel Ángel Moratinos, ha declarado que el visto bueno marroquí a las peticiones de la señora Haidar no conlleva compensación alguna, pero lo que tengo muy claro -y creo que ya lo indiqué en algún otro post anterior- es que Marruecos no concede favores gratuitos, y menos tras un mes de estar en candelero, presionado por tirios y troyanos. Si Aminatu Haidar ha regresado con bien a El Aaiún es porque alguien ha pagado -o va a pagar- la correspondiente factura política y económica. ¡Al tiempo...!
¿Para todos?
Como siempre ocurre con estas cosas, aquí hay gato encerrado. Puede suceder -de hecho, así es- que yo sea desconfiado por naturaleza, pero es que después de tantos años peinando canas (y gracias), me he vuelto tan receloso como un perro apaleado.
El ministro español de Asuntos Exteriores, don Miguel Ángel Moratinos, ha declarado que el visto bueno marroquí a las peticiones de la señora Haidar no conlleva compensación alguna, pero lo que tengo muy claro -y creo que ya lo indiqué en algún otro post anterior- es que Marruecos no concede favores gratuitos, y menos tras un mes de estar en candelero, presionado por tirios y troyanos. Si Aminatu Haidar ha regresado con bien a El Aaiún es porque alguien ha pagado -o va a pagar- la correspondiente factura política y económica. ¡Al tiempo...!
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