Es raro el día en que no te topas en la prensa con alguna noticia curiosa, o, al menos, redactada de forma sorprendente.
Es el caso que me ocupa en este momento.
El pasado jueves, la Ertzaintza (Policía Autonómica Vasca) detuvo en Sestao (Vizcaya) a un individuo, que disparó en dos ocasiones contra la ventana en la que se encontraba otra tipo, con el que mantenía diferencias por asuntos de drogas. Pero sigues leyendo la noticia, y empiezan las sorpresas:
Minutos después de producirse las amenazas, se registraron dos disparos dirigidos hacia el interior de la vivienda de la víctima y que impactaron contra la pared del edificio.
Los disparos iban dirigidos hacía una ventana del salón de la vivienda en la que encontraba un varón, familiar de la víctima por lo que los agentes determinaron que no se trataba de disparos intimidatorios.
Pero, vamos a ver, ¿cómo pueden estar los agentes seguros de que los disparos iban dirigidos al interior de la vivienda, si dieron en la fachada? ¿Se encontraban conectados telepáticamente con el tirador? Y de qué víctima nos hablan, si los disparos no alcanzaron a nadie.
Pero la cosa sigue, con más miga, si cabe:
Tras tener conocimiento de la denuncia y de los hechos acaecidos los agentes personaron, en Sestao, en el domicilio del principal sospechoso, conocido por los ertzainas por los numerosos antecedentes con que cuenta por delitos de atraco con utilización de arma de fuego.
O sea, que el agresor no sólo era conocido por la Policía, sino que además sabían hasta dónde vive habitualmente, por lo que detenerle fue un "paseo policial". Por otro lado, el muchachote en cuestión, a pesar de contar con numerosos antecedentes por atracos pistola en mano, andaba por la calle tan tranquilo. ¡Hay que joderse...!
Los agentes no localizaron el arma utilizada pero realizaron al sospechoso una toma de muestras para el estudio de residuos de disparo así como el cotejo de los informes periciales balísticos.
Todos los estudios determinaron que el arrestado había efectuado disparos con un arma de fuego y el resto de informes confirmaron que la pistola empleada era la misma que había utilizado el acusado en otro caso instruido por la Policía Local.
Las pruebas correspondientes demostraron que el arrestado había disparado un arma de fuego, de acuerdo, pero ésta no aparece, por lo que cabe deducir que los laboratorios policiales compararon proyectiles o casquillos con otros, identificados previamente y disparados por el mismo arma. ¿Qué pasa? ¿Que este tío disparaba a mansalva todos los días, de 8 a 13 y de 15 a 18?
Yo no lo entiendo, la verdad.
Total, da lo mismo. Pasado mañana estará otra vez en la calle practicando el tiro al blanco.
O al negro, que no creo que sea racista.
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