No sé si he dicho alguna vez que soy impermeable a la publicidad. Si no lo he dicho, lo digo ahora. Y no sólo impermeable, sino refractario, rebelde y contestatario. O sea, cuanto más me bombardean con la imagen de un producto, menos ganas tengo de adquirirlo. Comprendo que es una auténtica y monstruosa deformación, digna de un profundo estudio psiquiátrico, pero soy así y no puedo cambiar. Echo de menos aquellas "guías comerciales" de las emisoras de radio de los 60, que se limitaban a pregonar el producto y el sitio donde se vendía; por ejemplo: "Botas "Chirucas"; las mejores botas "Chirucas" en Calzados Fernández, Cercas Bajas, diecinueve."
En los tiempos actuales, la publicidad ha cambiado notablemente. Sus profesionales han aprendido nuevas técnicas derivadas del mundo de la ciencia; desde psicología aplicada hasta imagen y sonido, y saben (?) perfectamente cómo llegar al alma del futuro comprador: "Sólo los dioses pueden volar; sólo ellos poseen el dominio del tiempo, del espacio y de la velocidad; sólo ellos tienen el control. Nuevo WMB 750 Turbo-Injection 4/9 GTI. ¡Siéntete un verdadero dios!" Esto grabado en un vídeo del copón, con una banda sonora digna de una película de 8 Óscars..., ¡y es que el espectador se queda turulato!, y lo primero que hace es mirar en la hucha para comprobar si le llega el dinero o tiene que esperar otros 20 años.
A mí no me pasa. Lo siento.
Cuando necesito algo, voy, lo miro, me lo pruebo (si es necesario) y me lo llevo. Suelo comprobar la marca cuando llego a casa. A veces, no hay ni marca, ¡je!, ¡je! Pero es que soy un tipo raro, qué le voy a hacer.
Otro tipo de publicidad que me repatea es el que aparece en la imagen que os ofrezco. Entiendo que LOEWE es una gran firma, aunque no tengo muy claro cuál es su actividad concreta -que creo muy amplia-, ni lo que vende. Ni me importa, la verdad. Ahora bien, estos días me he topado por mi ciudad con el anuncio de marras: una dama más bien flaca (si no anoréxica), ligera de ropa, contemplando el infinito de reojo con una oscura mirada glamourosa(?), y chupándose la rodilla. En este instante me acabo de enterar de que anuncia un perfume.
Sin profundizar demasiado, el anuncio me parece ridículo. La dama puede que sea atractiva vista al natural, pero lo cierto es que en la foto no ha quedado muy favorecida; con un físico que nos recuerda las hambrunas que golpean a determinados países, te entran ganas de iniciar una cuestación para comprarle unos bocadillos. De su mirada mejor no decir nada; únicamente que yo no cerraría un negocio con alguien que mira así ni por un total de 10 euros, por si acaso. No es una mirada de la que te puedas fiar. ¿Y lo de chuparse la rodilla? ¿Es un mensaje al comprador masculino? ¿Se nos está sugiriendo sibilinamente que la joven, en cuestión, podría llegar a chupar otras cosas? No lo sé, pero lo que tengo claro es que utilizar imágenes de mujeres u hombres semidesnudos (o desnudos) en poses ridículas, para vender algo, me parece del género idiota, entre otras razones porque te fijas en la persona y no en el producto. Es una apreciación mía, que soy un bicho raro. Parece evidente que los resultados de las campañas publicitarias son excelentes, porque si así no fuera habrían evolucionado hacia otras formas de expresión.
Pues vale. Pues me alegro.
Yo seguiré comprando lo que me salga de la faltriquera.
Y punto.
Es cierto publicidades eran las de antes, como aquella de : "Pelotas chicas, pelotas grandes...¡Que pelotas tiene Fernandez!".
ResponderEliminarEn fin ya lo has dicho todo como bien sabes hacerlo y desde luego que lo comparto, yo también soy un clavo atravesado con respecto a la publicidad, la mayoría me causa un rechazo visceral y lo único que logra es alejarme del producto. También me provocan un terrible fastidio porque siento que son una soberana estupidez en su mayoría y esos "creativos" que las realizan juntan el dinero con pala, en fin, que lo disfruten, a mi nunca me ha tocado una beca de esas, soy de los que cuando llueve sopa, tienen un tenedor en la mano.
Un abrazo, compañero
PD: he comentado por lo escrito, porque la imagen no la veo.
Somos almas gemelas, Gus. Por cierto, yo veo la imagen perfectamente, pero sé que ha habido momentos en que no cargaba. Un abrazo.
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