Basta mencionar la posibilidad de una crisis económica para que haga su aparición el fantasma de la reforma laboral, y, por supuesto, si por desgracia la crisis se confirma -como en la actualidad- el asunto se pone al rojo vivo. Bien es verdad que los problemas monetarios no los causan los trabajadores -ellos son los sufridores más impotentes-, y sí los tejemanejes del dinero, que es cobarde y avaricioso por definición, pero las cosas son como son y no creo que vayan a cambiar en los próximos tiempos. Es curioso observar cómo en tales circunstancias, y casi a la vez, comienzan a escucharse las voces de quienes predican las bondades de las centrales nucleares, fuente limpia, barata y sencilla de una energía prácticamente ilimitada, pero ésta es otra cuestion...
En cuanto al asunto de la reforma laboral, me ha parecido muy apropiado utilizar el término "fantasma", porque su sola mención siembra la inquietud entre los trabajadores. Quizá sea porque las reformas siempre tienden a beneficiar a los empresarios, y nunca traen aparejados repartos de beneficios, generosos incentivos o suculentas primas. Yo tengo la opinión de que, para cualquier empresario, el trabajador ideal sería aquél que pagase por su puesto de trabajo. Es más, si se pudieran sacar los empleos a pública subasta, mejor que mejor. Y no se trata de esclavitud, ¿eh? Los esclavos no cobraban, pero había que alimentarles, cosa que no sucedería con los que ganaran la subasta. Al final, en este sistema social que nos hemos montado no sé cómo, puede deducirse que la labor del empresariado es ganar dinero, para poder ganar más dinero, que permita ganar más dinero. La de algunos trabajadores, en los tiempos que corren, parece ser la de no dar un palo al agua, pero ésta también es otra cuestión.
La reforma laboral siempre tiende a abaratar costes, economizar los despidos, facilitar los traslados y cambios de puesto, y reducir plantillas. No recuerdo ningún caso -no digo que no lo haya, ¿eh?- en que un empresario haya decidido subir los salarios un 10% más de lo que le pedían sus operarios. Casos contrarios hay por decenas de miles. Si no, que se lo pregunten a los trabajadores de la cadena Hyatt Hotels Corporation, de Boston (USA)
En cuanto al asunto de la reforma laboral, me ha parecido muy apropiado utilizar el término "fantasma", porque su sola mención siembra la inquietud entre los trabajadores. Quizá sea porque las reformas siempre tienden a beneficiar a los empresarios, y nunca traen aparejados repartos de beneficios, generosos incentivos o suculentas primas. Yo tengo la opinión de que, para cualquier empresario, el trabajador ideal sería aquél que pagase por su puesto de trabajo. Es más, si se pudieran sacar los empleos a pública subasta, mejor que mejor. Y no se trata de esclavitud, ¿eh? Los esclavos no cobraban, pero había que alimentarles, cosa que no sucedería con los que ganaran la subasta. Al final, en este sistema social que nos hemos montado no sé cómo, puede deducirse que la labor del empresariado es ganar dinero, para poder ganar más dinero, que permita ganar más dinero. La de algunos trabajadores, en los tiempos que corren, parece ser la de no dar un palo al agua, pero ésta también es otra cuestión.
La reforma laboral siempre tiende a abaratar costes, economizar los despidos, facilitar los traslados y cambios de puesto, y reducir plantillas. No recuerdo ningún caso -no digo que no lo haya, ¿eh?- en que un empresario haya decidido subir los salarios un 10% más de lo que le pedían sus operarios. Casos contrarios hay por decenas de miles. Si no, que se lo pregunten a los trabajadores de la cadena Hyatt Hotels Corporation, de Boston (USA)
Pues que puedo decir, en México acaban de revelar que el recien nombrado director de derechos humanos se llevará al pozo 5 millones de pesos al año (unos 265mil euracos), mientras que un diputadillo cualquiera o gobernador de cualquier estado se lleva algo menos de la mitad de ese monto, pobrecitos ellos, que injusta es la vida con estos atareados funcionarios... por cierto, el salario mínimo en méxico es de 1500 pesos mensuales (menos de 80 euros)
ResponderEliminarEs que los probrecillos también tienen derecho a vivir, caramba. Joe
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