Ayer falleció en Todtnau (Alemania), a la edad de 90 años, la señora Bertha Bernauer, mi consuegra. Sufrió los horrores de la guerra, las miserias de la posguerra y vivió en directo el "milagro alemán". Perdió a su amado esposo Fritz en 1.996, pero tuvo el consuelo y la compañía de sus hijos y nietos hasta el fin de sus días. Tenía una voz de terciopelo, un corazón de oro y una voluntad de acero.
No te olvidaremos, porque formas parte de nuestras vidas.
Descansa en paz, querida Bertha.
No te olvidaremos, porque formas parte de nuestras vidas.
Descansa en paz, querida Bertha.
Me asoció a tu pesar por la pérdida de un ser tan cercano a tus afectos.
ResponderEliminarUn abrazo Joe
Era una buena mujer. Su partida no nos ha pillado por sorpresa, pero lamento tanto no hablar alemán para que ella misma me contara sus experiencias... Nos comunicábamos a través de intérpretes (nuestros hijos)claro, pero también de corazón a corazón. Muchas gracias, Gus. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSiempre el vacío de la muerte afectando a los más cercanos, y a los más lejanos en cuanto al carácter transitivo del sentimiento amor, sea, como en este caso el de la amistad, el de compañerismo. Para tu pena y la de tus hijos y nietos, un pensamiento de respeto y una flor para tu consuegra.
ResponderEliminarMuchas gracias, María del Carmen. Un fuerte abrazo para ti.
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