En este blog se permite fumar, aunque recomiendo no hacerlo en agradecimiento a una excelente homeópata a la que debo mucho. Se prohibirá terminantemente el día en que desaparezcan las armas atómicas, las centrales nucleares y sus residuos, la contaminación, la desertización y la pederastia. ¡Ah!, se me olvidaba, también se pueden dejar comentarios.

jueves, 28 de enero de 2010

RESIDUOS NUCLEARES EN ESPAÑA: Las tentaciones de Cristo comparadas con esto, de aficionados.

En aquel tiempo todos los alcaldes españoles se habían retirado al desierto, donde ayunaron (casi, si descontamos veinte toneladas de cigalas, treinta de langostinos, doce de centollos, cuarenta y dos de langostas, y algunos miles de litros de vino blanco D.O. Ribeiro) durante cuarenta días. Entonces subieron a la más alta de las montañas, y allí fueron tentados por el Diablo, que adoptó la forma de director general de ENRESA (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos) El director general, o sea, el Diablo, se acercó a ellos sonriente, y les dijo:

- Si queréis vivir de puta madre, sólo tenéis que autorizar la instalación del ATC en vuestro municipio.

Uno de los alcaldes respondió:

- No sólo de pan vivirá el Hombre. Hemos de pensar en las repercusiones de tal acción, que tendrá consecuencias para las generaciones venideras hasta dentro de 25.000 años, o más.

Y muchos de los alcaldes abandonaron el lugar, pues no querían tener relaciones con el Diablo de ENRESA.

Pero otros permanecieron allí, y el Diablo de ENRESA les dijo:

- ¡Dad un paso adelante! ¡Decidid por vosotros mismos; no os dejéis manipular! Uníos a mí y tendréis lo que jamás soñasteis.

Pero otro de los alcaldes le respondió:

- No tentarás a Jehová, nuestro Dios, ni a nosotros sus siervos. Aléjate de nosotros, Satanás, porque más vale una tierra limpia y pura para nuestros descendientes, que todas las riquezas de un mundo que morirá a consecuencia de vuestros desmanes.

Otros muchos alcaldes se fueron tras el que había hablado, pero aún quedaban suficientes para que el Diablo de ENRESA probara fortuna. Y habló así, mostrándoles todos los goces mundanales:

- Ved lo que os ofrezco: "Mercedes", mujeres, casas, golf, poder, dinero, seguridad, dominio absoluto. Aceptad mi oferta y seréis similares a dioses.

Otro de los alcaldes alzó la voz indignado, diciendo:

- A Jehová, tu Dios, temerás, y a Él sólo servirás. ¿De que sirven riquezas y poder, si matamos el planeta en el que vivimos, y con él a nosotros mismos?

Y todos los alcaldes que quedaban allí se fueron. Todos, menos los de Yebra, Ascó, Villar de Cañas y Santervás de Campos. El Diablo de ENRESA les miró sardónicamente, y preguntó:

- ¿Alguna duda?

- Bueno -respondió uno de ellos-, es que me preocupa la seguridad de los ciudadanos.

- Por ese lado, ningún problema. La seguridad de la instalación y de los residuos radiactivos depositados en ella, está garantizada durante sesenta años.

- ¿Qué pasará luego? -preguntó otro.

- Para entonces, seguro que se ha encontrado un sistema que los neutralice, y se acabó lo que se daba -repuso el Diablo de ENRESA.

- ¿Qué ventajas obtendríamos? -quiso saber un tercero.

- Mil millones de euros en inversión, trescientos puestos de trabajo, unos buenos millones al año, y nuestra gratitud para vosotros, que, como podréis suponer, no será pequeña.

Los cuatro alcaldes se separaron unos metros del Diablo de ENRESA, dialogaron acaloradamente durante algunos minutos, y, finalmente, se acercaron de nuevo a su interlocutor. Éste, muy sonriente, demandó:

- ¿Qué habéis decidido?

Uno de ellos, haciendo de portavoz, respondió:

- Que todo sea por el progreso y el bien común: aceptamos la instalación, con las condiciones que has señalado.

- De acuerdo, pero, ¿qué dirán vuestros convecinos...?

Se miraron los cuatro, también sonrientes, y el mismo de antes respondió:

- La gente no tiene ni puta idea; lo mejor es no hacer demasiado caso. Que les den por donde amargan los pepinos, y el que venga atrás, dentro de cien o de veinte mil años, que se las arregle como pueda. Démonos prisa, que veo por allá algunos que se han arrepentido y vuelven al galope... ¿Dónde hay que firmar?


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