Esta película, tomada el 7 de Marzo de 2.008, pone de manifiesto la horrible ferocidad de los urogallos, avecillas tenidas por pacíficas y asustadizas, que, sin embargo, pueden atacar y poner en fuga a cualquier animal más grande, incluidos los seres humanos.
Sucedió que mi hija mayor, a la sazón profesora en un Instituto eslovaco, aprovechó el fin de semana para hacer una excursión a los montes Tatras, en la frontera entre Eslovaquia y Polonia. Estaba acompañada por otro profesor, amigo y compañero, que fue quien tuvo la oportunidad de realizar la impactante filmación.
En un momento dado, observaron la presencia del urogallo, posiblemente en celo, y aprovecharon para tomar unas cuantas instantáneas. Como el animal se mantuviera en apariencia tranquilo y sosegado, sin hacer amago de huida alguna, mi hija se aproximó a él con gestos amistosos y palabras de cariño. Por toda respuesta -tal como recogen las imágenes-, el bicho se le arrancó como si fuera un "miura", y la osada excursionista tuvo que poner pies en polvorosa, mientras el fotógrafo acompañante inmortalizaba la escena tronchándose de risa.
Sucedió que mi hija mayor, a la sazón profesora en un Instituto eslovaco, aprovechó el fin de semana para hacer una excursión a los montes Tatras, en la frontera entre Eslovaquia y Polonia. Estaba acompañada por otro profesor, amigo y compañero, que fue quien tuvo la oportunidad de realizar la impactante filmación.
En un momento dado, observaron la presencia del urogallo, posiblemente en celo, y aprovecharon para tomar unas cuantas instantáneas. Como el animal se mantuviera en apariencia tranquilo y sosegado, sin hacer amago de huida alguna, mi hija se aproximó a él con gestos amistosos y palabras de cariño. Por toda respuesta -tal como recogen las imágenes-, el bicho se le arrancó como si fuera un "miura", y la osada excursionista tuvo que poner pies en polvorosa, mientras el fotógrafo acompañante inmortalizaba la escena tronchándose de risa.
Pues con algunos retoques de maquillaje y camuflaje, haría sensación en muchos pesos en las riñas de gallo, es una broma, detesto la crueldad con los animales, había sido pendenciero el pequeñin.
ResponderEliminarUn saludote
Se ve que andaba de cortejo (o buscándolo), y le molestaron. Lo cierto es que el bicho no conocía ni a su padre, en aquellos momentos. Un abrazo.
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