Un tipo de color verde, con cuarenta y dos tentáculos y dieciséis ojos, entra en una cafetería, se acerca a la barra y pide al sorprendido camarero:
- Un cubata de ginebra; "Gordons", por favor.
El barman, sin salir de su estupor, sirve el pedido, y el individuo se lo toma de un trago.
- ¿Qué le debo? -pregunta.
- Veinticuatro euros, si es tan amable.
El tío saca la cartera y paga religiosamente. Acto seguido, se da la vuelta y se dirige a la salida. El camarero acierta a reaccionar entonces, y le pregunta:
- Oiga, perdone, ¿es usted marciano?
- Sí.
- Pues no se ven muchos marcianos por aquí...
- No me extraña nada. ¡Con esos precios...!
- Un cubata de ginebra; "Gordons", por favor.
El barman, sin salir de su estupor, sirve el pedido, y el individuo se lo toma de un trago.
- ¿Qué le debo? -pregunta.
- Veinticuatro euros, si es tan amable.
El tío saca la cartera y paga religiosamente. Acto seguido, se da la vuelta y se dirige a la salida. El camarero acierta a reaccionar entonces, y le pregunta:
- Oiga, perdone, ¿es usted marciano?
- Sí.
- Pues no se ven muchos marcianos por aquí...
- No me extraña nada. ¡Con esos precios...!
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